Rodrigo Arévalo Presedo
3/5
El lugar es el típico garito de carretera para llenar el buche. Produce sensaciones encontradas. Lo bueno es la simpatía del personal y el buen ambiente que se nota entre ellos. Da gusto. Pedí un bocata de morcilla con una morcilla que estaba rica y el tamaño del bocadillo era desproporcionado. La calidad del pan, buenísima. Lo malo es que no llevan mascarilla y no parece importarles que se les critique ésto, porque veo muchas críticas que dicen lo mismo y cuando yo estuve, lo mismo. El precio del bocata, muy alto. Crees que te va a costar el precio que pone en la carta y luego cuesta un euro mas porque está tachado, pero es que TODOS están tachados y simplemente crees que ese borrón azul es un adorno en el número que indica el precio. El precio real es un número abajo en la carta. Los precios de las bebidas también muy altos. Un bocata, aunque sea grande, y dos bebidas, nueve y pico euros. Insultante.
No están preparados para intolerantes al gluten y no tienen pan apto a fecha de esta reseña.
El lugar en si es acogedor. Muy de barrio, aunque en realidad sea un local de carretera.
No estaría mal sin esos precios desproporcionados y que los que aquí trabajan cumpliesen con la mascarilla al igual que quienes entramos. Y si, yo también la tengo que llevar todo el día en mi puesto de trabajo aunque no me apetezca.